dilluns, 21 d’octubre del 2013

"Mi hogar"

Partamos del principio básico de que una casa no es un hogar. Cuatro paredes no son un hogar. Un hogar es aquel lugar donde una persona se siente segura y sabe que va a poder volver allí siempre que quiera. Donde va a encontrar los mismos ojos amables y las mismas manos seguras el día en que ya no pueda más. 

Teóricamente, es algo precioso. Prácticamente, nos están dejando sin hogar.
Siempre sucede igual.  Los pagos se acumulan. O la hipoteca o poder dar de comer a los hijos. Llega el primer aviso de impago. El segundo. El tercero. Las cartas del banco se acumulan sobre la mesita de la entrada. Y cuando te quieres dar cuenta, cuatro matones mal pagados que dicen ser los protectores del pueblo han derribado la puerta y te han sacado a rastras de tu casa, junto a tus hijos y el perro. ¿Y ahora qué? Toda tu vida se resume en un puñado de maletas hechas con prisa. No sabes a quién echarle la culpa: al capitalismo, al gobierno, a la gente que no hizo nada por impedir el desahucio… O incluso a ti mismo/a. Sólo en España, en el segundo trimestre de 2012, hubo nada más y nada menos que 47943 desahucios, lo que da una media de 526 desalojos por día. Imaginemos, por generalizar, que  cada casa es habitada por 3 personas: en ese período de tiempo, 1578 personas eran desalojadas de sus casas diariamente, sin importar el sexo, la edad, o la situación social. Miles de niños, ancianos, y personas en riesgo de exclusión social fueron dejadas sin hogar y sin recursos en tan sólo tres meses. ¿Dónde está ahí nuestra tan aclamada Constitución?

Artículo 47 de la Constitución Española de 1978Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”

La Constitución está tan vacía cómo los organismos destinados a aplicarla. La democracia española está podrida, como el corazón de los que la practican. No se puede permitir que este acto de vejación moral se siga llevando a cabo en un país “supuestamente” desarrollado (y en los no desarrollados tampoco). Lo peor, es que a pesar de que esto es una desgracia para las personas afectadas, hay gente dispuesta a sacar tajada de la situación: veáse la página http://www.pabogados.com o empresas comoSufisa o Constructora Hispánica, las cuales aprovechan las circunstancias para promocionar sus servicios. Aquí os dejo la página oficial de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), la cuál ya ha realojado a más de 700 personas y ha paralizado un número similar de desahucios:
“¿Y cómo evitar todo esto?”, se preguntarán algunos. No se puede evitar mientras tu máxima aspiración sea ver cómo tu equipo se clasifica para jugar en Europa la temporada que viene, o si tu máxima protesta es contra la última actualización del iPhone. No sirve de nada indignarse si no eres más que otro cómplice del juego.  Es imposible ver, si sólo nos molestamos en mirar. Y en el momento en que veamos, muy pocos van a querer cerrar los ojos.
Toni


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